martes, 29 de diciembre de 2015

Barroco Español

José de Ribera

(Llamado el Españoleto; Játiva, 1591-Nápoles, 1652) Pintor y grabador español. No se tienen noticias seguras sobre su formación artística, si bien se cree que fue discípulo de Francisco Ribalta.
De su origen español conservó siempre el gusto por la temática religiosa (La bendición de Jacob), con figuras aisladas de santos (abundando los penitentes y mártires) de rostros atezados y frentes arrugadas, plasmados con crudo realismo (San Andrés, San Jerónimo), así como milagros, martirios (Martirio de San Felipe, Martirio de San Andrés), episodios del Nuevo Testamento y vírgenes con Niño. Sin embargo, también cultivó el género mitológico y el retrato, y realizó las series de los Filósofos, así como representaciones de mendigos y tipos populares.
Hasta 1634 su estilo se caracterizó por un acusado tenebrismo, con violentos contrastes de luz, un plasticismo duro, un crudo realismo en los detalles y cierta tendencia a la monumentalidad. A partir de ese momento optó por una pictoricidad más libre y un colorismo más rico, así como por temas y formas más amables, asimilando influencias venecianas y boloñesas. En su producción final parece advertirse un repliegue hacia formas de su período juvenil, retornando al tenebrismo y los contrastes lumínicos.
 

Martirio de San Bartolomé (Ribera)

   
Martyrdom of Saint Bartholomew at MNAC.jpg
AutorJosé de Ribera, 1644
Técnicaóleo sobre tela
Tamaño202 × 153
LocalizaciónMNAC, Barcelona, España
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El Martirio de San Bartolomé es un cuadro de José de Ribera pintado el 1644. Actualmente se [editar]
La pintura ilustra un argumento de martirio y tormento físico. El apóstol Bartolomé, casi desnudo, mira indefenso hacia nosotros, mientras un verdugo embriagado lo desuella con entusiasmo sádico. Por el suelo, una escultura clásica, que se debe identificar con el dios Baldach, y en el fondo, dos sacerdotes con la cabeza cubierta actúan como testigos del suplicio. La pintura sigue el texto de Jacobo de la Vorágine en la «Leyenda áurea», que es la versión cristiana de la fábula del fauno Marsias, quien padeció el mismo castigo que san Bartolomé. Es una obra que muestra el excelente arte de «lo Spagnoletto». Antes de ingresar en el MNAC perteneció al ilustrador Alexandre de Riquer.
 

Bartolomé Esteban Murillo

(Sevilla, 1617-Cádiz, 1682) Pintor español. Nació en 1617 en el seno de una familia de catorce hermanos En 1630 trabajaba ya como pintor independiente en Sevilla y en 1645 recibió su primer encargo importante, una serie de lienzos destinados al claustro de San Francisco el Grande; la serie se compone de trece cuadros, que incluyen La cocina de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto por la minuciosidad y el realismo con que están tratados los objetos cotidianos.
Tras una estancia en Madrid entre 1658 y 1660, en este último año intervino en la fundación de la Academia de Pintura, cuya dirección compartió con Herrera el Mozo. En esa época de máxima actividad recibió los importantísimos encargos del retablo del monasterio de San Agustín y, sobre todo, los cuadros para Santa María la Blanca, concluidos en 1665. Posteriormente trabajó para los capuchinos de Sevilla (Santo Tomás de Villanueva repartiendo limosna) y para el Hospital de la Caridad (cuadros sobre las obras de misericordia).
Murillo destacó también como creador de tipos femeninos e infantiles: del candor de La muchacha con flores al realismo vivo y directo de sus niños de la calle, pilluelos y mendigos, que constituyen un prodigioso estudio de la vida popular. Después de una serie dedicada a la Parábola del hijo pródigo, se le encomendó la decoración de la iglesia del convento de los capuchinos de Cádiz, de la que sólo concluyó los Desposorios de santa Catalina, ya que falleció, mientras trabajaba en ella, a consecuencia de una caída desde un andamio.
 

La Sagrada Familia del pajarito (c.1650), de Murillo
 
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Sagrada Familia del pajarito

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Sagrada Familia del pajarito
Sagrada Familia del pajarito (Murillo).jpg
AutorBartolomé Esteban Murillo, c. 1650
TécnicaÓleo sobre lienzo
EstiloBarroco
Tamaño144 cm × 188 cm
LocalizaciónMuseo del Prado, Madrid, Flag of Spain.svg España
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La Sagrada Familia del pajarito es un óleo realizado hacia 1650 por el pintor español Bartolomé Esteban Murillo. Sus dimensiones son de 144 × 188 cm.
Se trata de una de las obras más populares de toda la producción de su autor.[1] Muestra a san José, a la Virgen María y al niño Jesús en una escena familiar.[1]
Se expone en el Museo del Prado de Madrid.

Francisco de Zurbarán

(Fuente de Cantos, 1598 - Madrid, 1664) Pintor español. A los quince años Francisco de Zurbarán se trasladó a Sevilla, donde fue discípulo del pintor Pedro Díaz de Villanueva, y donde conoció a Velázquez.
En 1627 pintó su primera gran obra importante firmada y datada: la Crucifixión del oratorio de la sacristía del convento dominico sevillano de San Pablo el Real, para el que en 1626 había contratado la realización de veintiún cuadros en ocho meses. Entre 1628 y 1629 llevó a cabo un ciclo de pinturas para el colegio franciscano de San Buenaventura.
El arte de Zurbarán aparece ya perfectamente definido, y se aprecian en su pintura la fuerza realista propia de los mejores pintores españoles de la época, su sentido de la ordenación y de la monumentalidad; el fondo oscuro de sus cuadros subraya ya entonces la presencia volumétrica de las figuras.
Llamado a Madrid en 1634, participó en la decoración del salón de Reinos del Buen Retiro (La defensa de Cádiz contra los ingleses, y una serie de los Trabajos de Hércules); durante este período, y siguiendo el ejemplo de Velázquez, renunció al tenebrismo; en el clasicismo toscano, influido a veces por los maestros venecianos, encontró un estilo acorde con sus aspiraciones. Las pinturas del retablo de la capilla de San Pedro de la catedral de Sevilla (1635-1636) permiten apreciar su evolución artística.
Niños comiendo uvas y melón
Bartolomé Esteban Perez Murillo - Trauben- und Melonenesser.jpg
AutorBartolomé Esteban Murillo, hacia 1650
TécnicaÓleo sobre lienzo
EstiloBarroco
Tamaño145,6 cm × 103,6 cm
LocalizaciónAlte Pinakothek, Múnich, Flag of Germany.svg Alemania
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Niños comiendo uvas y melón es una pintura al óleo de estilo barroco realizada por el pintor Bartolomé Esteban Murillo entre 1645 y 1650. Se encuentra en la Alte Pinakothek de Múnich, donde se exhibe en la sala XIII con el nombre de Trauben- und Melonenesser, inventariada con el núm. 605.[1] Una de las tipologías más recurrentes en la obra de Murillo, aparte de la pintura religiosa, fue la de la pintura de género realizada con realismo y gran naturalismo. Estas pinturas presentan en su mayoría escenas picarescas con niños mendigos en diversas actitudes, como son los Niños jugando a los dados o el Joven mendigo, y a pesar de la miseria que muestran, el pintor consigue crear una imagen de humanidad y simpatía.[2
 

Diego Velázquez

     
Maestro sin par del arte pictórico, el sevillano Diego Velázquez adornó su carácter con una discreción, reserva y serenidad tal que, si bien mucho se puede decir y se ha dicho sobre su obra, poco se sabe y probablemente nunca se sabrá más sobre su psicología. Joven disciplinado y concienzudo, no debieron de gustarle demasiado las bofetadas con que salpimentaba sus enseñanzas el maestro pintor Herrera el Viejo, con quien al parecer pasó una breve temporada, antes de adscribirse, a los doce años, al taller de ese modesto pintor y excelente persona que fuera Francisco Pacheco. De él provienen las primeras noticias, al tiempo que los primeros encomios, del que sería el mayor pintor barroco español y, sin duda, uno de los más grandes artistas del mundo en cualquier edad.
La mirada melancólica
Diego Velázquez fue hijo primogénito de un hidalgo no demasiado rico perteneciente a una familia oriunda de Portugal, tal vez de Oporto, aunque ya nacido en Sevilla, llamado Juan Rodríguez, y de Jerónima Velázquez, también mujer de abolengo pero escasa de patrimonio. En el día de su bautismo, Juan echó las campanas al vuelo (previo pago de una módica suma al sacristán), convidó luego a los allegados a clarete y a tortas de San Juan de Alfarache y entretuvo a la chiquillería vitoreante con monedas de poco monto que arrojó por la ventana. No le había de defraudar este dispendio y estos festejos el vástago recién llegado, que se mostró dócil a los deseos paternos durante su infancia e ingresó en el taller de Francisco Pacheco sin rechistar.
 
Tres músicos
Diego Velázquez - The Three Musicians - Google Art Project.jpg
AutorDiego Velázquez, c. 1617 - 1618
TécnicaÓleo sobre lienzo
EstiloBarroco
Tamaño87 cm × 110 cm
LocalizaciónGemäldegalerie, Berlín, Flag of Germany.svg Alemania
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Tres músicos o Los músicos es una pintura al óleo de Diego Velázquez, presumiblemente una de las primeras obras conservadas del pintor sevillano. En el siglo XIX se encontraba en Irlanda, en la colección La Touche, de donde pasó a Londres y ya en 1906 al Kaiser Friedrich Museum de Berlín, encontrándose actualmente en la Gemäldegalerie de esa misma ciudad. Se conocen cuatro copias antiguas de esta composición, de peor calidad, una de ellas en colección privada de Barcelona.
 

ARQUITECTURA

José Benito Churriguera


(1665/03/21 - 1725/03/02)

Arquitecto y escultor español



Nació el 21 de marzo de 1665 en Madrid.

Descendiente de escultores y arquitectos, fue en el taller de la familia donde realizó su formación. La primera parte de su trayectoria profesional se centra en el trabajo de la madera, interviniendo en distintos retablos donde su trabajo sobresale por la riqueza formal dentro de un barroquismo pleno.

En el año 1689 ganó un concurso y realizó su primera obra: el catafalco de los funerales de la reina María Luisa de Borbón, esposa de Carlos II. Es nombrado Ayudante de Tracista de las obras reales. En 1692 se traslada a Salamanca para trabajar en la Catedral. Allí realiza el proyecto para la Capilla del Colegio de Cuenca y el retablo del convento de San Esteban. En Madrid realizó el retablo de San Salvador de Leganés y el de la capilla del Sagrario de la catedral de Segovia.
 

IGLESIA DE SAN CAYETANO

La iglesia comienza a construirse en el año 1669 por el arquitecto Marcos López. Las obras son probablemente continuadas por José de Churriguera y Pedro de Ribera. Sin embargo, el templo no fue terminado hasta 1761, a cargo del arquitecto Francisco de Moradillo.
La fachada, levantada por Moradillo, fue construida en granito, componiéndose de ocho robustas pilastras rematadas con capiteles de orden compuesto. Las pilastras de los dos extremos encuadran las dos torres y entre las cuatro del centro se disponen tres arcos de acceso de medio punto. Sobre los arcos de la fachada se colocaron en hornacinas ricamente decoradas las estatuas de san Cayetano, de Nuestra Señora del Favor, y de san Andrés Avelino, realizadas en piedra por Pedro Alonso de los Ríos.
La planta es de cruz griega, constando de tres naves y cuatro capillas cerradas con sus correspondientes cúpulas, más una gran cúpula central de tambor sobre pechinas.
El interior perdió la práctica totalidad de las obras de arte que conservaba en el incendio de la Guerra Civil, incluyendo el retablo mayor. El actual imita modelos barrocos, con copias de cuadros famosos del Museo del Prado. La desnudez decorativa resalta la calidad de los detalles (ménsulas, pilastras, cornisas), y el enlucido claro dota al interior de una intensa luminosidad. En una de las capillas, bajo una sencilla lápida, se encuentra la sepultura de Pedro de Ribera, el arquitecto principal del edificio, que vivía en la casa frontera con la iglesia y fue feligrés de la misma toda su vida.

Alonso Cano

(Granada, 1601 - 1667) Escultor, pintor, arquitecto y dibujante español. Su padre, maestro ensamblador, se estableció en 1615 en Sevilla, ciudad en la que se formó Alonso como pintor y escultor en los dos talleres más importantes de la época: el de Pacheco, donde tuvo como compañero a Velázquez, y el de Martínez Montañés.
Permaneció en Sevilla hasta 1638, trabajando fundamentalmente como escultor, faceta en la que logró un gran reconocimiento. Sus esculturas suaves, tranquilas y de expresión un tanto melancólica no reflejan en absoluto el temperamento del artista, hombre impetuoso y violento, encarcelado en varias ocasiones y a quien se llegó a acusar de haber asesinado a su esposa.
 
Realizó retablos y figuras exentas, y sobre todo en estas últimas creó una tipología propia, caracterizada por siluetas esbeltas, ensanchadas en el centro y estrechadas hacia los pies. También consiguió dar un sello propio al tratamiento de los ropajes, en los que predomina la línea curva. Además de las cuatro estatuas de santos para el convento del Santo Ángel de Granada, su obra más valorada y quizá la más representativa de su estilo es la Inmaculada Concepción de la catedral granadina.
 
lA FACHADA DE LA CATEDRAL GRANADINA
 
 

Aunque no son muchas sus obras realizadas y conservadas, la dimensión de Alonso Cano como arquitecto resulta bien conocida gracias a los retablos conservados diseñados por él, y sobre todo por la espléndida colección de dibujos que tenemos de su mano en los que el artista presenta multitud de diseños de arquitectura, de elementos decorativos, retablos, el proyecto de una fuente monumental, etc.

Alonso Cano conoce perfectamente el vocabulario del mundo clásico antiguo (columnas, frontones, arquitrabes, guirnaldas, cartelas, etc.) que utiliza de forma contenida.
En sus obras más maduras observamos una mayor libertad
en las composiciones así como un claro alejamiento del clasicismo, y en ellas predomina la utilización de cartelas, guirnaldas de frutos y hojas, molduras simplificadas, así como una tendencia a reducir e incluso eliminar elementos arquitectónicos esenciales como los propios capiteles y basas de las columnas entre otros, características que dotan a su arquitectura de una gran personalidad, tal como se evidencia en sus obras granadinas y muy especialmente
en la fachada de la Catedral.
Respecto a sus trabajos arquitectónicos sabemos que se encargó de diseñar la arquitectura efímera del arco del triunfo de la Puerta de Guadalajara para celebrar la entrada en Madrid de la reina Mariana de Austria en 1649. De nuevo su labor en la Corte se muestra con multitud de incógnitas, y poco o nada sabemos por ahora sobre sus posibles intervenciones en alguno de los múltiples proyectos constructivos que por entonces se estaban realizando en palacios y jardines pertenecientes a la Casa Real, y muy especialmente en aquellos que afectaban a la gran empresa del Buen Retiro
 

IMAGINERIA

Juan Martínez Montañés

(Alcalá la Real, España, 1568-Sevilla, 1649) Escultor español. Es una figura sobresaliente de la escultura en madera policromada, la técnica escultórica que alcanzó mayor desarrollo en la España de los siglos XVI-XVII. Su nombre y el de Gregorio Fernández suponen los puntos culminantes del realismo barroquizante de este arte peculiar, que respondió al ambiente de piedad y devoción característico de la Contrarreforma. De ambos, el último capitalizó la escuela castellana de la talla en madera, mientras que Martínez Montañés fue la cabeza visible de la escuela andaluza o sevillana.
Llevó a cabo una producción vastísima, religiosa en su totalidad con la única excepción de un busto de Felipe IV (perdido), que debía servir de modelo para la estatua ecuestre encargada al italiano Pietro Tacca. El Cristo de la clemencia y La Inmaculada Concepción de la catedral de Sevilla se cuentan entre sus estatuas más admiradas. Pero su obra maestra es el retablo mayor del monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce, que incluye las magníficas figuras orantes de Alonso Pérez de Guzmán el Bueno y doña María Alonso Coronel.
 

EL CRISTO DE LA CLEMENCIA


Dada la importancia que la imaginería barroca tiene en Andalucía, realizamos en esta ocasión el análisis de una obra que puede considerarse como paradigma de los crucificados de esa época: el Cristo de la Clemencia, de Juan Martínez Montañés.

1) DETERMINAR:

a) TIPO DE OBRA: Escultura.

b) TÍTULO: Cristo de la Clemencia.

c) AUTOR: Juan Martínez Montañés (1568-1649).

d) FECHA: 1603-1606.

e) LOCALIZACIÓN: Catedral de Sevilla, España.

f) ESTILO: Imaginería barroca. Escuela andaluza.

2) ANALIZAR:

A) Análisis técnico:

* FORMA: Obra escultórica que representa a Jesús crucificado. La imagen, que mide 1,90 ms. de altura (sin la cruz), fue policromada por el pintor Francisco Pacheco.

MÉTODO: imagen realizada en madera de cedro, mediante talla y con policromía posterior.

DESCRIPCIÓN GENERAL: La imagen del Cristo de la Clemencia nos muestra, en una clara composición trapezoidal, a Jesús clavado en la cruz mediante cuatro clavos (dos en las manos y dos en los pies), aún vivo y con la cabeza inclinada hacia su hombro derecho. En ella presenta una amplia corona de espinas de traza natural, a modo de casquete. Pese a tratarse de un crucificado, los rasgos dramáticos no están exagerados. Sólo apreciamos rastros de sangre en las heridas de las manos y de los pies, así como en la que se derrama por el rostro y el pecho desde la corona. La carne está policromada en color mate y no se ha producido aún la herida en el costado. De todo ello puede deducirse que el momento de la muerte no resulta inmediato.
 

Gregorio Fernández

(Sarria, España, 1576 - Valladolid, 1636) Escultor español. No está documentado con seguridad su origen gallego ni el período de su formación. Sólo se sabe que a partir de 1605 estaba activo en Valladolid, donde contaba ya con taller propio, lo cual no excluye que trabajase como ayudante en otros talleres antes de esa fecha. Fue uno de los grandes maestros de la escultura religiosa en madera policromada de la llamada escuela castellana de los siglos XVI-XVII. Heredó de Juan de Juni la tradición de las imágenes religiosas cargadas de dramatismo, pero incorporó al lenguaje de su antecesor un mayor naturalismo.
De hecho, Gregorio Fernández evolucionó desde una primera etapa bastante vinculada al período anterior hasta una segunda fase en la que impuso un gran naturalismo, presente no sólo en los gestos y las actitudes, sino también y sobre todo en la policromía; en este campo, exigió a los policromistas que trabajaron para él el abandono del oro y los tonos brillantes tan en boga hasta entonces para iluminar las figuras con colores inspirados en el natural
Creó varios tipos iconográficos (la Inmaculada, Santa Teresa, la Magdalena penitente) que fueron después muy imitados y alcanzó un alto grado de virtuosismo en sus realizaciones tanto en los retablos, de gran sobriedad ornamental, como en las figuras aisladas y los pasos procesionales, que suscitaron en su tiempo un gran fervor popular.
 

Cristo yacente

  • Tipo de objeto:
    Escultura
    Autor:
    Gregorio Fernández
    Fecha:
    1615
    Materia y técnica:
    Madera tallada y policromada
    Dimensiones:
    176 x 71 x 42 cm
    Colección:
    Reinado de Felipe III
    Número de inventario:
    00620746
    Descripción:
    Se trata de una imagen de Cristo de tamaño natural, ligeramente encogida, con la cabeza inclinada hacia el hombro derecho; su pierna izquierda, doblada por la rodilla, se apoya sobre la derecha que está en posición rígida; sus brazos están paralelos al cuerpo sin apoyarse en él, salvo su mano izquierda que descansa sobre el muslo. Muestra unas enormes llagas de la Pasión en manos, pies y costado, policromadas con abundante sangre; en algunos lugares, como en la llaga del costado, lleva incrustadas gotitas de cristal para darle mayor patetismo. Los hombros, rodillas y algunas partes del cuerpo muestran cardenales, con desgarros de piel y heridas sangrantes. En la frente están fuertemente marcadas las heridas producidas por la corona de espinas, y la sangre  que brota  de ellas corre por la cara y cuello. El pelo y barba están tallados en mechones como mojados, que se extienden por el cojín, donde apoya la cabeza como una aureola. Las desnudeces del pubis  y parte de los muslos están cubiertas por un lienzo a modo de fajín. La imagen yace sobre un lecho cubierto con una sábana, cuyos pliegues están tallados con fuerte contraste, con la apariencia de papel arrugado, lo mismo que ocurre con el fajín.

Inmaculada Concepción

Autor: Alonso Cano
Fecha: 1655
Museo: Museo catedralicio de Granada
Características: 49,5 cm. altura
Estilo: Barroco Español
Material: Madera policromada
Copyright: (C) ARTEHISTORIA

Inmaculada Concepción

Comentario
La exquisita finura del arte de Cano se manifiesta en esta Inmaculada que, como la mayoría de las obras realizadas por este maestro, posee una apariencia frágil y delicada, llena de dulzura y belleza. La figura adolescente, casi infantil según la costumbre andaluza, presenta un diseño en forma de huso, empleado habitualmente por Cano en este tipo de trabajos. Realizada para el facistol de la catedral granadina, pronto fue trasladada a la sacristía para favorecer su contemplación.
 

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