martes, 29 de diciembre de 2015

rOCOCO

El Rococó es un movimiento artístico nacido en Francia, que se desarrolla de forma progresiva entre los años 1730 y 1760 aproximadamente.
El Rococó es definido como un arte individualista, antiformalista y cortesano, por el artista Ronald Rizzo. Se caracteriza por el gusto por los colores luminosos, suaves y claros. Predominan las formas inspiradas en la naturaleza, la mitología, la representación de los cuerpos desnudos, el arte oriental y especialmente los temas galantes y amorosos. Es un arte básicamente mundano, sin influencias religiosas, que trata temas de la vida diaria y las relaciones humanas, un estilo que busca reflejar lo que es agradable, refinado, exótico y sensual.

 Se caracterizó por su índole hedonista y aristocrática y se manifestó en la delicadeza, elegancia, sensualidad y gracia, y en la preferencia de temas blandos y sentimentales, donde las líneas curvas, los colores claros y la asimetría jugaban un papel fundamental en la composición de la obra
El estilo se expresa sobre todo en la pintura, la decoración, el mobiliario, la moda y en el diseño y producción de objetos. Su presencia en la arquitectura y la escultura es menor, puesto que su ámbito fundamental son los interiores y, en menor grado, las composiciones monumentales.
Su precedente se sitúa en los inicios del siglo XVIII coincidiendo con la regencia de Felipe de Orleans, cuando empezaron los tímidos cambios que anunciaban el final del estilo tardo barroco y su evolución hacia la expresión de un gusto más contemporáneo, independiente y hedonista, contrapuesto al arte oficial, inflexible y ostentoso del reinado de Luis XIV. La transición del Rococó, también conocido como el «estilo Luis XV», a nuevas formas y expresiones artísticas empezó hacia 1720.
Si lo Barroco estaba al servicio del poder absolutista, el Rococó está al servicio de la aristocracia y la burguesía. El artista pasa a trabajar con más libertad y se expande el mercado del arte. El Rococó se presenta como un arte al servicio de la comodidad, el lujo y la fiesta. Las escenas de su pintura recogen este nuevo estilo de vida.

Siglo XIX

tIPOLOGIA ARQUITECTONICA

Arquitectura del Siglo XIX

1. Historicismo y Eclepticismo

la arquitectura de principios del siglo XIX muestra interés por retomar elementos de estilos anteriores, especialmente el gótico, dándoles nuevas formas y adaptándolos a nuevas necesidades. El nombre general de esta tendencia es revival, el movimiento historicista más importante sería el neogótico con edificios como el Parlamento Británico, pero existen otros como el neoindio, que tiene su mejor ejemplo en el Pabellón Real de Brightom
En España los que mas difusión tuvieron son el neomudejar (plaza de toros de las ventas) y el neoplateresco (Banco de España).
 
El eclecticismo, estilo arquitectónico también de principios de este siglo, combina elementos de diferentes estilos con una predilección por lo decorativo sobre lo propiamente arquitectónico. Uno de los mejores ejemplos de este arte ecléctico sería la Ópera de París.

2. Arquitectura de los nuevos materiales

Es una arquitectura vinculada a la Revolución Industrial y al desarrollo de materiales como el hierro, el hormigón armado, el cristal y el acero que implicarán cambios sustanciales a la hora de construir.
Junto con los nuevos materiales este tipo de arquitectura también tuvo gran desarrollo debido a las nuevas necesidades que demandaba una sociedad cada vez más industrializada: puentes, estaciones, fábricas, mercados,... Edificios que había que construir deprisa y con el menor coste posible.
Durante el siglo XIX tienen lugar diversas exposiciones universales donde se dan a conocer los avances técnicos del momento. Estas exposiciones se convierten en el marco ideal para el desarrollo de esta nueva arquitectura.
Para la exposición universal de París de 1889 se levanta la mayor construcción de hierro realizada hasta el momento: La Torre Eiffel, que recibe el nombre de su constructor Gustave Eiffel. La torre de 300 metros de altura se concibió como una estructura para ser desmontada una vez acabada la exposición pero se acabó convirtiendo en el símbolo de París.
En España quizás el edificio más interesante de este tipo de arquitectura sea el Palacio de Cristal de Ricardo Velázquez situado en el parque del Retiro de Madrid.

3. Escuela de Chicago

A finales del siglo XIX, Chicago se convierte en la pionera de una arquitectura utilitaria y racionalista que prioriza  la funcionalidad sobre la estética.
La escuela de Chicago tiene espacial significación por ser los primeros creadores de los rascacielos.
Uno de los arquitectos más significativo de este nuevo movimiento será Louis H. Sullivan cuyos edificios conjugan verticalidad y proporcionalidad, además de suprimir prácticamente la decoración, lo que le convierte en un precursor del racionalismo del siglo XX. Entre sus construcciones destacan El Auditorio de Chicago y los Almacenes Carson.

4. Modernismo: Gaudí

El modernismo es un estilo artístico que se desarrolló durante el final del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX.
Las primeras referencias que tenemos del Modernismo se producen en Inglaterra con los trabajos de John Ruskin (1819-1900), influenciado por el arte gótico.
Recibió diferentes nombres según los países: Art Nouveau (Francia), Modern Style (Gran Bretaña), Jugendstil (Alemania), Sezession (Viena), Liberty (Italia) o Modernismo (España).
Promovido por la burguesía refinada y orgullosa de su época que deseaba un estilo propio no sometido a las reglas del pasado.
Se interesa por la obra de arte total, desde la estructura arquitectónica hasta el diseño de muebles y utensilios domésticos.
Características:
  • Se utilizan indistintamente y combinan materiales tradicionales (piedra, ladrillo) y nuevos (vidrio, hierro y acero) que se aplican indistintamente, según la conveniencia a elementos constructivos y a los decorativos.
  • Decoración muy abundante, variada y colorida.
  • Plantas libres que huyen de la simetría
  • La Luz adquiere un gran protagonismo, penetrando a través de ventanas, miradores, vidrieras y claraboyas.
  • El espacio exterior presenta la misma libertad de volúmenes y formas, en un deseo de transmitir sensación de alegría y variedad.
 
Tendencias:
Geométrica: Característica del mundo anglosajón (Gran Bretaña, Austria y Alemania), que enlaza con el racionalismo del siglo XX. Su concepción más severa se basa en la línea recta y una decoración de carácter geométrico. Figura más sobresaliente: Charles Rennie Mackintosh.
Ondulante: Se desarrolla en Bélgica, Francia y en España particularmente en Cataluña. Todos sus elementos están dotados de una gran plasticidad y dinamismo, con especial predilección por la línea curva, tanto en los estructural como en lo decorativo. Figuras destacadas: Hector Guimard (Francia), Víctor Horta (Bélgica) y Antoni Gaudí (Cataluña, España).
Antoni Gaudi (1852-1926)
Dotado de una fuerte capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global, atendiendo tanto a las soluciones estructurales como las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la arquitectura toda una serie de trabajos artesanales que dominaba él mismo a la perfección: cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería,…
 
Tras unos inicios influenciados por el arte neogótico desembocó en el modernismo, desarrollando un estilo naturalista muy personal basado en la observación de la naturaleza y en el uso de formas geométricas como parábolas e hipérbolas.
 
Palacio Episcopal de Astorga
Palacio episcopal de Astorga.JPGPalacio Episcopal de Astorga
Edificio
TipoPalacio
EstiloNeogótico, Modernista
DirecciónGlorieta Eduardo de Castro, 5
LocalizaciónAstorga, Bandera de León.svg León, Flag of Spain.svg España
Coordenadas42°27′28″N 6°03′22″O / 42.4578, -6.056Coordenadas: 42°27′28″N 6°03′22″O / 42.4578, -6.056 (mapa)
CatalogaciónBien de Interés Cultural
24 de julio de 1969
RI-51-0003827
Construcción
Inicio1889
Término1915
Equipo
Arquitecto(s)Antoni Gaudí
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El Palacio Episcopal de Astorga es un edificio proyectado por el arquitecto modernista Antoni Gaudí. Está situado en la ciudad de Astorga (provincia de León), en cuya capital se encuentra la casa Botines, que junto con El Capricho de Comillas (Cantabria) son las únicas obras de Gaudí fuera de Cataluña. La construcción se llevó a cabo entre 1889 y 1915.
Esta obra pertenece al período neogótico de Gaudí (1888-1898), etapa en que el arquitecto se inspiró sobre todo en el arte gótico medieval, el cual asume de forma libre, personal, intentando mejorar sus soluciones estructurales. El neogótico fue en aquella época uno de los estilos historicistas de mayor éxito, sobre todo a raíz de los estudios teóricos de Viollet-le-Duc. Gaudí estudió con profundidad el gótico catalán, balear y rosellonés, así como el leonés y el castellano en sus estancias en León y Burgos, llegando al convencimiento de que era un estilo imperfecto, a medio resolver. En sus obras elimina la necesidad de contrafuertes mediante el empleo de superficies regladas, y suprime cresterías y calados excesivos.[1]
Desde 1962 el palacio alberga el Museo de los Caminos, dedicado al Camino de Santiago. El edificio fue catalogado como Bien de Interés Cultural el 24 de julio de 1969 con la referencia RI-51-0003827   
Casa Botines
León Casa Botines JMM.JPGVista de la fachada principal.
Edificio
Nombre inicialCasa Fernández y Andrés
TipoResidencial y comercial
EstiloNeogótico y Modernista
LocalizaciónLeón Flag of Spain.svg España
PropietarioCaja España
Coordenadas42°35′54″N 5°34′14″O / 42.59828333, -5.57055556Coordenadas: 42°35′54″N 5°34′14″O / 42.59828333, -5.57055556 (mapa)
CatalogaciónBien de Interés Cultural
24 de julio de 1969
RI-51-0003826
Construcción
Inicio1891
Término1894
Equipo
Arquitecto(s)Antonio Gaudí
OtrosClaudi Alsina
PremiosEuropa Nostra, por su rehabilitación en 1996
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La casa Botines, o casa Fernández y Andrés es un edificio de estilo modernista, situado en la ciudad de León, capital de la provincia homónima, España. Originalmente almacén comercial y residencia particular, fue construido y diseñado por el arquitecto español Antoni Gaudí entre 1891 y 1894, siendo esta una de sus tres obras fuera de Cataluña, junto al Palacio Episcopal de Astorga, también en León y al Capricho de Gaudí de Comillas, en Cantabria.
Ubicado junto al palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación de León y junto a la plaza de Santo Domingo, lugar de encuentro entre el casco antiguo y el ensanche, de estilo renacentista, fue restaurado en 1951, declarado Monumento Histórico en 1969, es en la actualidad la sede de Caja España, entidad que lo rehabilitó en 1996, actividad que le valió el premio Europa Nostra.[1]
El término casa Botines deriva del apellido del fundador de la sociedad, Joan Homs i Botinàs, empresario y comerciante español asentado en la capital leonesa, que dirigían Mariano Andrés Luna y Simón Fernández Fernández, responsables del encargo de la casa a Antoni Gaudí.

Glasgow School of Art

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Escuela de artes de Glasgow.
La Glasgow School of Art (Escuela de arte de Glasgow en lengua inglesa) fue un importante centro de divulgación de la arquitectura moderna a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX.
El rechazo de las artes del pasado también afectó a la arquitectura. En Glasgow se desarrolló un nuevo tipo de planeamiento de los edificios, que al contrario del Modernismo, huía de la ornamentación y las volumetrías no racionales. La estructura ortogonal de hierro daba una mayor resistencia, pero también permitía una mayor organización de las plantas. Las paredes son lisas, en piedra, y existen grandes superficies de vidro.
De esta escuela destacó Charles Rennie Mackintosh debido a su racionalismo geométrico y gran percepción de las volumetrías

Impresionismo y Pintura Impresionista
El Impresionismo es un movimiento pictórico que surge en Francia a finales del S. XIX en contra de las fórmulas artísticas impuestas por la Academia Francesa de Bellas Artes, que fijaba los modelos a seguir y patrocinaba las exposiciones oficiales en el Salón parisino.
El objetivo de los impresionistas era conseguir una representación del mundo espontánea y directa.

Eduard Manet (1832-1883)
Se sitúa a caballo entre el realismo y el Impresionismo. Muchos han clasificado su estilo como naturalista porque se basa en la observación de la realidad y su plasmación sin alteración alguna. Representa la vida tal cual, sin adorno ni metáfora. Por ello sus obras suscitan escándalos y polémicas como en su Desayuno sobre la hierba que provocó la hostilidad de los críticos conservadores. El tema ya contaba con antecedentes en el Renacimiento, pero Manet lo interpreta adecuándolo a la modernidad.
Olympia de Manet: precursos del Impresionismo
Lo mismo sucede con Olimpia, para su desnudo no necesitó diosas ni musas como en el Renacimiento y en el Barroco, sino que representaba el desnudo de una prostituta, una mujer de la vida contemporánea. Para captar la realidad y la fugacidad utilizó la pincelada rápida y empastada, rasgo que identificará al Impresionismo. Por ello podría decirse que Manet fue su precursor.
Monet (1840-1926)
Es uno de los pintores que más contribuye al movimiento. Nunca derivó hacia otras corrientes artísticas, sino que se mantuvo fiel al Impresionismo hasta su muerte.
Paseo con sombrilla de Monte. Impresionismo
Su máxima preocupación es plasmar la vibración cromático-lumínica en sus lienzos. La luz engendra el color y la forma. Sus temas preferidos son las marinas, las escenas fluviales y los paisajes. Ejemplos: Impresión atardecer, Regatas en Argentuil, Las amapolas, Paseo con sombrilla, La estación de San Lázaro, La Catedral de Rouen.
Degas (1834-1917)
Es un impresionista más de la forma que del color. Es un hábil dibujante, le preocupó captar el movimiento con fidelidad, de ahí que desarrollara temas como las bailarinas y las carreras de caballos.
Es un gran observador de la mujer, capta las posturas más insólitas, las poses naturales e instantáneas. Algunas de sus obras son: Clase de danza, La bebedora de ajenjo, Bailarina en la escena, Planchadores, Carreras. Cultivó el dibujo en detrimento del color, por lo que no armonizó bien con el Impresionismo, y tampoco con las tendencias conservadoras por sus temas contemporáneos.
Renoir (1841-1919)
Ofrece una interpretación más sensual del Impresionismo. Se pone en relación con los pintores del S. XVIII que mostraban la sociedad galante del Rococó.
En sus creaciones muestra la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son trabajadores. Siempre son personajes que se divierten, en una naturaleza agradable. Trató temas de flores, escenas dulces de niños y mujeres y sobre todo el desnudo femenino, que recuerda a Rubens por las formas gruesas.
Renoir posee una vibrante y luminosa paleta que hace de él un impresionista muy especial. El palco, El columpio, El Moulin de la Galette, Le dèjeuner des canotiers, Bañistas, son sus obras más representativas.
Renoir: genio del impresionismo
Otros genios del impresionismo: Sisley, Pisarro
Tan fiel como Monet a la técnica del Impresionismo se mantuvo Sisley (1839-1899), que fue exclusivamente un pintor paisajista y será Pisarro (1830- 1903), quien lleve hasta las últimas consecuencias el estudio de la luz y el color llegando al post-impresionismo y al puntillismo.
Los autores impresionistas no tenían conciencia de grupo, aunque todos reivindican la libertad a la hora de seleccionar el motivo pictórico, cada uno plasmará lo que ve. Es un arte íntimo arraigado en el sentimiento de la originalidad individual, que se inicia con las vivencias personales y con las experiencias en soledad.
A principios de 1880 estas diferencias estilísticas y las cuestiones personales comenzaron a agudizarse y el Impresionismo como movimiento de vanguardia acabó diluyéndose. De sus cenizas comenzaron a gestarse las propuestas de otros artistas que darán lugar al post-impresionismo y al neoimpresionismo.
Impresionismo español: Sorolla
En España, el Impresionismo tuvo varios seguidores que manifestaron su preocupación por la luz. Entre ellos destacan Regoyos, Sorolla, Rusiñol y Casas.



EL POSTIMPRESIONISMO


El impresionismo, con su afán por captar la luz del natural, había ido disolviendo las formas en su ambiente y todos los elementos del cuadro habían ido perdiendo volumen, dibujo y sentido del espacio. En los últimos años del XIX y principios del XX nos encontramos con unos pintores que partiendo del impresionismo, derivan hacia una pintura personal que anuncian algunos de los movimientos pictóricos más importantes del siglo XX. El postimpresionismo supone entre otras cosas una recuperación de la importancia del dibujo y de la preocupación por captar no sólo la luz sino también la expresividad de las cosas y de las personas iluminadas. su trascendencia para la evolución del arte es, si cabe, mayor que la de los pintores impresionistas.





Algunas características generales, con inclusión del pintor que mejor las representa:
- Interés por la construcción de la forma, el dibujo y la expresividad de los objetos y figuras humanas.
- Conciliación entre efecto volumétrico (conculcado por el fulgor luminoso impresionista que casi había desmaterializado las formas) y el gusto puramente estético (Cézanne).
- Concepción del cuadro a base de cuerpos rigurosamente geométricos (
Cézanne)
).
- Empleo de colores contrastantes para distendir y definir los planos y formas.
- Efectos pictóricos basados en búsquedas estructurales, espaciales y cromáticas.
- Utilización de colores puros con gran carga emotiva ( Van Gogh) y modulados (Gauguin)).
- Creaciones imaginativas a base de pinceladas cursivas que intentan expresar la angustia y el desconsuelo interior (
V. Gogh
).
- Interés por lo exótico (Gauguin) y los bajos fondos (Toulouse-Lautrec).
- Creación de composiciones simplificadas y estáticas, buscando la armonía de las masas cromáticas encerradas en perfiles bien ceñidos (Gauguin).
 
Vincent Van Gogh
Vincent Van Gogh, hijo de un pastor evangelista, nació en Zundert (Holanda) en 1853. Fue un personaje difícil en sus relaciones con los demás. Su hermano menor, Theo, fue su mejor amigo.

 

En La noche estrellada,

 
 el cielo presenta un gran dramatismo. Dos enormes espirales nebulosas se envuelven una con otra. El ritmo de las curvas que dominan el cielo proporciona gran dinamismo al cuadro. El pueblo, sereno, representado con trazos rectos y breves, contrasta con la violencia del cielo. En esta obra el mundo se cierne amenazador sobre el artista, es una visión apocalíptica. Representa la pequeñez del ser humano frente a las fuerzas de la naturaleza. Hay una tremenda agitación. Los astros están a punto de chocar, nos hallamos ante un eminente fin del mundo. Todos estos efectos se consiguen por medio de una pincelada larga y arremolinada. Servirá de puente de unión con el Expresionismo.
 
Paul Gauguin. Biografía y Obra
A Gauguin (1848-1903) lo encontramos dentro de los pintores franceses post-impresionistas junto con Van Gogh, Toulouse-Lautrec y Cézanne.
Nació en parís, a los tres años sus padres emigran a Perú y durante el viaje muere su padre. Allí vivió junto a su madre cuatro años hasta que deciden regresar a Francia.

En La visión después del sermón


(1888), el trazo de los objetos y los personajes los aísla entre sí. Utiliza colores vivos, nada realistas, simplifica los volúmenes y suprime las sombras y las gradaciones de color para crear una atmósfera ilusoria, donde a un grupo de mujeres, tras escuchar el sermón, se les aparecen Jacop y el ángel.


Paul Cézanne. Biografía y Obra
Cézanne procede de una familia adinerada, su padre, de origen italiano, poseía un establecimiento bancario en Aix-en-Provence. Allí nació el pintor en 1839. Recibió una esmerada educación y unos conocimientos humanísticos en el colegio de Bourbon, donde conoció a Emile Zola, uno de sus amigos más íntimos.
Cézanne empezó los estudios de Derecho para complacer a su padre y más tarde decidirá dedicarse a la pintura. Con el apoyo materno se traslada a París en 1861 para comenzar su carrera como pintor. Asiste a la Academia Suiza para ejercitarse en el dibujo, allí conoce a Pisarro, también visitará el Louvre para estudiar las obras de los grandes pintores del pasado.
 

Cebollas y botellas

 
 prescinde de todo lo superfluo para concentrarse en las formas. Elige los objetos por su entidad volumétrica, cada uno de ellos se pinta con un punto de vista diferente. La luz y el color les da entidad física.
 
Henri de Toulouse-Lautrec


Tolouse-Lautrec, pintor neo impresionista, nació en Albi en 1864. Fue miembro de una familia aristocrática francesa. A los catorce años se rompió el fémur izquierdo a causa de una caída y al año siguiente, se quebró el derecho. Sus fracturas no soldaron adecuadamente y sus piernas no crecieron más. La consecuencia fue una figura deformada, su tronco siguió desarrollándose con normalidad, pero sus piernas quedaron cortísimas.

El jochey de Longchamps


Es un ejemplo de los numerosos dibujos y pinturas que Lautrec realizó con el tema de caballos. El artista pretendió dotar de fuerza y velocidad a los caballos dibujándolos con cuatro patas en el aire, momento que se produce al galopar. Pretende captar un momento de gran velocidad en movimiento.

Los Nabis (Los Profestas)
Se trata de un grupo de pintores postimpresionistas que se denominaron a sí mismos los nabís ("profeta" en hebreo, "inspirado", en árabe).
Breve historia
Pierre Bonnard, Édouard Vuillard, Maurice Denis, Ker-Xavier Roussel y Paul Ranson, eran camaradas en el taller de la Academia Julien, en la Escuela de Bellas Artes. Después se unieron al grupo el suizo Félix Vallotton, y el escultor Aristide Maillol.
Los nacidos entre 1860-1870 retoman las lecciones de Gauguin. Sérusier había estado con él en la Bretaña francesa, siguiendo sus enseñanzas. Gauguin lo ve cuando está pintando "El talismán", y le dice que pinte cada una de las partes del color que ve. Cuando Sérusier vuelve a París, muestra el cuadro a sus compañeros, quienes sufren una revelación, y se agrupan bajo el nombre de los "nabís". En 1891 realizan su primera Exposición, en el Café Volpini

El Talismán
El cuadro llamado "El talismán" (también llamado "El río Auven en el bosque de Amor"), de Paul Sérusier, 1888, permite comprender mejor la génesis del grupo en el otoño de 1888. Es un óleo sobre madera, de muy pequeño formato (27 cm x 21,5 cm).
El Talismán, de Paul Sérusier
 
Simbolismo. Pintura Simbolista
El término simbolista procede del ámbito literario. El primero en utilizarlo fue el poeta Jean Moréas en 1885 en su "Manifiesto Simbolista" y posteriormente se aplicó a la nueva pintura ya que las intenciones de los poetas y los pintores eran semejantes

Puvis de Chavannes ( 1824-1898)
Es el más clásico, las ideas que quiere plasmar se mueven dentro de lo equilibrado, lo tranquilo. La mayor parte de su obra son grandes murales para edificios públicos, hechos al óleo y no a fresco, lo que le obligó a suprimir la tercera dimensión.
Su énfasis sobre lo plano le llevó a las más atrevidas distorsiones, tanto en perspectiva como en la figura. En la década de 1870 realiza La esperanza, el título ya indica que no se trata de una simple imagen, sino de una idea. Es un personaje asequible, examinado de forma académica, pero al servicio de una idea. Simboliza la paz y la esperanza con un tema de guerra franco prusiana.
Puvis de Chavannes. Pintura simbolista
En Visión antigua vuelve al mundo mitológico, de ninfas, muestra una naturaleza irreal, idealizada. Transmite paz y sosiego. En El verano mantiene la misma idea, figuras inertes al servicio de la idea de calma, relax.
Odilon Redon (1840-1919)
El interés por el inconsciente, lo onírico y lo fantástico se hace patente en su temática. Su obra se puede dividir en dos partes, una en blanco y negro y otra en color. Para él, el negro era el príncipe de los colores. La araña sonriente, El sueño acaba con la muerte o El ojo como un globo extraño se dirige hacia el infinito son algunos ejemplos. Esta última es un precedente claro del surrealismo. El tema del ojo permite la conexión con los surrealistas, aunque también es una actitud simbolista. En sus litografías aparecen metáforas a obras de escritores como Edgar Alan Poe, Baudelaire o Flauvert.
Pintura de Odilon Redon
A partir de 1895 surge el color en numerosas pinturas al óleo y pastel. Su obra se hace más brillante y alegre y aparece el estudio de las flores. Por ejemplo, Ofelia entre las flores, Cíclope u Orfeo.
El simbolismo no puede definirse como un estilo unitario, sino como un conglomerado de encuentros pictóricos individuales que supera nacionalidades y límites cronológicos. En esta línea podemos encontrar figuras tan dispares como Van Gogh, Gaugain, Klimt o Munch. El simbolismo derivará en una aplicación bella y cotidiana de profunda raigambre en el arte europeo de finales del S. XIX y principios del S. XX, el Art Nouveau.

Escultura del siglo XIX
La escultura española del siglo XIX se corresponde con tres momentos históricos diferentes. El reinado de Fernando VII coincide con el Neoclasicismo, el de Isabel II con el Romanticismo y la Restauración alfonsina, en el último tercio de siglo, con las nuevas tendencias realistas o naturalistas.La escultura española del siglo XIX participa de la atonía y la banalidad que este género artístico sufre en toda Europa. No hay en ella ninguna personalidad sobresaliente, ni ninguna intervención innovadora. Desaparece casi por completo la escultura religiosa como eficacia creadora. La estatuaria conmemorativa, por la penuria económica y reducida vitalidad del Estado y de los municipios, es escasa. Y este arte se desenvuelve lánguidamente, reducido casi exclusivamente a los envíos a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, creadas en 1856. Ocurre, además, que, desde la segunda mitad de este siglo, predomina en la predilección del público y de los organismos un cierto mal gusto, que prefiere en muchos casos a los escultores más indotados en técnica e inspiración.

Ricardo Bellver (1845-1924)
Es el autor del Ángel Caído, monumento que se encuentra en el Parque del Retiro de Madrid. Es un hermoso desnudo juvenil que representa al diablo. Se encuentra sobre un tronco seco, con sus grandes alas abiertas y una serpiente enrollada en el cuello. Su rostro se crispa como grito desesperado mientras con la mano intenta librarse del rayo que lo derriba. Bellver supo ser muy cuidadoso y expresivo sin caer en detallismos excesivos.

Ángel Caído, de Ricardo Bellver

Mariano Benlliure (1862-1947)

Puede ser considerado como el puente con el Modernismo.
Estatua a Jacinto Ruiz, de Mariano BenlliureUna de sus esculturas decorativas más modernistas es el grupo alegórico que corona el edificio de La Unión y el Fénix.
Entre sus monumentos destaca la estatua ecuestre del General Martínez Campos. Una estatua antiheroica, de realismo casi fotográfico. El jinete cabalga pesadamente, con el capote abrochado al cuello y flotando sobre sus hombros, mientras el caballo, que ha detenido su marcha, vuelve la cabeza para rascarse.


















José Gragera (1818-1897) Es la representación más clara del romanticismo en nuestro país. Su monumento a Juan Álvarez Mendizábal, inicia un nuevo estilo de estatua que abandona las togas y las cabezas a la romana, para cuidar del parecido con el representado. Lo dota de ropa moderna, no estilizada y tratada con sobriedad.
Su otra gran obra es el Don Simón de Rojas Clemente.








Barroco Español

José de Ribera

(Llamado el Españoleto; Játiva, 1591-Nápoles, 1652) Pintor y grabador español. No se tienen noticias seguras sobre su formación artística, si bien se cree que fue discípulo de Francisco Ribalta.
De su origen español conservó siempre el gusto por la temática religiosa (La bendición de Jacob), con figuras aisladas de santos (abundando los penitentes y mártires) de rostros atezados y frentes arrugadas, plasmados con crudo realismo (San Andrés, San Jerónimo), así como milagros, martirios (Martirio de San Felipe, Martirio de San Andrés), episodios del Nuevo Testamento y vírgenes con Niño. Sin embargo, también cultivó el género mitológico y el retrato, y realizó las series de los Filósofos, así como representaciones de mendigos y tipos populares.
Hasta 1634 su estilo se caracterizó por un acusado tenebrismo, con violentos contrastes de luz, un plasticismo duro, un crudo realismo en los detalles y cierta tendencia a la monumentalidad. A partir de ese momento optó por una pictoricidad más libre y un colorismo más rico, así como por temas y formas más amables, asimilando influencias venecianas y boloñesas. En su producción final parece advertirse un repliegue hacia formas de su período juvenil, retornando al tenebrismo y los contrastes lumínicos.
 

Martirio de San Bartolomé (Ribera)

   
Martyrdom of Saint Bartholomew at MNAC.jpg
AutorJosé de Ribera, 1644
Técnicaóleo sobre tela
Tamaño202 × 153
LocalizaciónMNAC, Barcelona, España
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El Martirio de San Bartolomé es un cuadro de José de Ribera pintado el 1644. Actualmente se [editar]
La pintura ilustra un argumento de martirio y tormento físico. El apóstol Bartolomé, casi desnudo, mira indefenso hacia nosotros, mientras un verdugo embriagado lo desuella con entusiasmo sádico. Por el suelo, una escultura clásica, que se debe identificar con el dios Baldach, y en el fondo, dos sacerdotes con la cabeza cubierta actúan como testigos del suplicio. La pintura sigue el texto de Jacobo de la Vorágine en la «Leyenda áurea», que es la versión cristiana de la fábula del fauno Marsias, quien padeció el mismo castigo que san Bartolomé. Es una obra que muestra el excelente arte de «lo Spagnoletto». Antes de ingresar en el MNAC perteneció al ilustrador Alexandre de Riquer.
 

Bartolomé Esteban Murillo

(Sevilla, 1617-Cádiz, 1682) Pintor español. Nació en 1617 en el seno de una familia de catorce hermanos En 1630 trabajaba ya como pintor independiente en Sevilla y en 1645 recibió su primer encargo importante, una serie de lienzos destinados al claustro de San Francisco el Grande; la serie se compone de trece cuadros, que incluyen La cocina de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto por la minuciosidad y el realismo con que están tratados los objetos cotidianos.
Tras una estancia en Madrid entre 1658 y 1660, en este último año intervino en la fundación de la Academia de Pintura, cuya dirección compartió con Herrera el Mozo. En esa época de máxima actividad recibió los importantísimos encargos del retablo del monasterio de San Agustín y, sobre todo, los cuadros para Santa María la Blanca, concluidos en 1665. Posteriormente trabajó para los capuchinos de Sevilla (Santo Tomás de Villanueva repartiendo limosna) y para el Hospital de la Caridad (cuadros sobre las obras de misericordia).
Murillo destacó también como creador de tipos femeninos e infantiles: del candor de La muchacha con flores al realismo vivo y directo de sus niños de la calle, pilluelos y mendigos, que constituyen un prodigioso estudio de la vida popular. Después de una serie dedicada a la Parábola del hijo pródigo, se le encomendó la decoración de la iglesia del convento de los capuchinos de Cádiz, de la que sólo concluyó los Desposorios de santa Catalina, ya que falleció, mientras trabajaba en ella, a consecuencia de una caída desde un andamio.
 

La Sagrada Familia del pajarito (c.1650), de Murillo
 
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Sagrada Familia del pajarito

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Sagrada Familia del pajarito
Sagrada Familia del pajarito (Murillo).jpg
AutorBartolomé Esteban Murillo, c. 1650
TécnicaÓleo sobre lienzo
EstiloBarroco
Tamaño144 cm × 188 cm
LocalizaciónMuseo del Prado, Madrid, Flag of Spain.svg España
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La Sagrada Familia del pajarito es un óleo realizado hacia 1650 por el pintor español Bartolomé Esteban Murillo. Sus dimensiones son de 144 × 188 cm.
Se trata de una de las obras más populares de toda la producción de su autor.[1] Muestra a san José, a la Virgen María y al niño Jesús en una escena familiar.[1]
Se expone en el Museo del Prado de Madrid.

Francisco de Zurbarán

(Fuente de Cantos, 1598 - Madrid, 1664) Pintor español. A los quince años Francisco de Zurbarán se trasladó a Sevilla, donde fue discípulo del pintor Pedro Díaz de Villanueva, y donde conoció a Velázquez.
En 1627 pintó su primera gran obra importante firmada y datada: la Crucifixión del oratorio de la sacristía del convento dominico sevillano de San Pablo el Real, para el que en 1626 había contratado la realización de veintiún cuadros en ocho meses. Entre 1628 y 1629 llevó a cabo un ciclo de pinturas para el colegio franciscano de San Buenaventura.
El arte de Zurbarán aparece ya perfectamente definido, y se aprecian en su pintura la fuerza realista propia de los mejores pintores españoles de la época, su sentido de la ordenación y de la monumentalidad; el fondo oscuro de sus cuadros subraya ya entonces la presencia volumétrica de las figuras.
Llamado a Madrid en 1634, participó en la decoración del salón de Reinos del Buen Retiro (La defensa de Cádiz contra los ingleses, y una serie de los Trabajos de Hércules); durante este período, y siguiendo el ejemplo de Velázquez, renunció al tenebrismo; en el clasicismo toscano, influido a veces por los maestros venecianos, encontró un estilo acorde con sus aspiraciones. Las pinturas del retablo de la capilla de San Pedro de la catedral de Sevilla (1635-1636) permiten apreciar su evolución artística.
Niños comiendo uvas y melón
Bartolomé Esteban Perez Murillo - Trauben- und Melonenesser.jpg
AutorBartolomé Esteban Murillo, hacia 1650
TécnicaÓleo sobre lienzo
EstiloBarroco
Tamaño145,6 cm × 103,6 cm
LocalizaciónAlte Pinakothek, Múnich, Flag of Germany.svg Alemania
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Niños comiendo uvas y melón es una pintura al óleo de estilo barroco realizada por el pintor Bartolomé Esteban Murillo entre 1645 y 1650. Se encuentra en la Alte Pinakothek de Múnich, donde se exhibe en la sala XIII con el nombre de Trauben- und Melonenesser, inventariada con el núm. 605.[1] Una de las tipologías más recurrentes en la obra de Murillo, aparte de la pintura religiosa, fue la de la pintura de género realizada con realismo y gran naturalismo. Estas pinturas presentan en su mayoría escenas picarescas con niños mendigos en diversas actitudes, como son los Niños jugando a los dados o el Joven mendigo, y a pesar de la miseria que muestran, el pintor consigue crear una imagen de humanidad y simpatía.[2
 

Diego Velázquez

     
Maestro sin par del arte pictórico, el sevillano Diego Velázquez adornó su carácter con una discreción, reserva y serenidad tal que, si bien mucho se puede decir y se ha dicho sobre su obra, poco se sabe y probablemente nunca se sabrá más sobre su psicología. Joven disciplinado y concienzudo, no debieron de gustarle demasiado las bofetadas con que salpimentaba sus enseñanzas el maestro pintor Herrera el Viejo, con quien al parecer pasó una breve temporada, antes de adscribirse, a los doce años, al taller de ese modesto pintor y excelente persona que fuera Francisco Pacheco. De él provienen las primeras noticias, al tiempo que los primeros encomios, del que sería el mayor pintor barroco español y, sin duda, uno de los más grandes artistas del mundo en cualquier edad.
La mirada melancólica
Diego Velázquez fue hijo primogénito de un hidalgo no demasiado rico perteneciente a una familia oriunda de Portugal, tal vez de Oporto, aunque ya nacido en Sevilla, llamado Juan Rodríguez, y de Jerónima Velázquez, también mujer de abolengo pero escasa de patrimonio. En el día de su bautismo, Juan echó las campanas al vuelo (previo pago de una módica suma al sacristán), convidó luego a los allegados a clarete y a tortas de San Juan de Alfarache y entretuvo a la chiquillería vitoreante con monedas de poco monto que arrojó por la ventana. No le había de defraudar este dispendio y estos festejos el vástago recién llegado, que se mostró dócil a los deseos paternos durante su infancia e ingresó en el taller de Francisco Pacheco sin rechistar.
 
Tres músicos
Diego Velázquez - The Three Musicians - Google Art Project.jpg
AutorDiego Velázquez, c. 1617 - 1618
TécnicaÓleo sobre lienzo
EstiloBarroco
Tamaño87 cm × 110 cm
LocalizaciónGemäldegalerie, Berlín, Flag of Germany.svg Alemania
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Tres músicos o Los músicos es una pintura al óleo de Diego Velázquez, presumiblemente una de las primeras obras conservadas del pintor sevillano. En el siglo XIX se encontraba en Irlanda, en la colección La Touche, de donde pasó a Londres y ya en 1906 al Kaiser Friedrich Museum de Berlín, encontrándose actualmente en la Gemäldegalerie de esa misma ciudad. Se conocen cuatro copias antiguas de esta composición, de peor calidad, una de ellas en colección privada de Barcelona.
 

ARQUITECTURA

José Benito Churriguera


(1665/03/21 - 1725/03/02)

Arquitecto y escultor español



Nació el 21 de marzo de 1665 en Madrid.

Descendiente de escultores y arquitectos, fue en el taller de la familia donde realizó su formación. La primera parte de su trayectoria profesional se centra en el trabajo de la madera, interviniendo en distintos retablos donde su trabajo sobresale por la riqueza formal dentro de un barroquismo pleno.

En el año 1689 ganó un concurso y realizó su primera obra: el catafalco de los funerales de la reina María Luisa de Borbón, esposa de Carlos II. Es nombrado Ayudante de Tracista de las obras reales. En 1692 se traslada a Salamanca para trabajar en la Catedral. Allí realiza el proyecto para la Capilla del Colegio de Cuenca y el retablo del convento de San Esteban. En Madrid realizó el retablo de San Salvador de Leganés y el de la capilla del Sagrario de la catedral de Segovia.
 

IGLESIA DE SAN CAYETANO

La iglesia comienza a construirse en el año 1669 por el arquitecto Marcos López. Las obras son probablemente continuadas por José de Churriguera y Pedro de Ribera. Sin embargo, el templo no fue terminado hasta 1761, a cargo del arquitecto Francisco de Moradillo.
La fachada, levantada por Moradillo, fue construida en granito, componiéndose de ocho robustas pilastras rematadas con capiteles de orden compuesto. Las pilastras de los dos extremos encuadran las dos torres y entre las cuatro del centro se disponen tres arcos de acceso de medio punto. Sobre los arcos de la fachada se colocaron en hornacinas ricamente decoradas las estatuas de san Cayetano, de Nuestra Señora del Favor, y de san Andrés Avelino, realizadas en piedra por Pedro Alonso de los Ríos.
La planta es de cruz griega, constando de tres naves y cuatro capillas cerradas con sus correspondientes cúpulas, más una gran cúpula central de tambor sobre pechinas.
El interior perdió la práctica totalidad de las obras de arte que conservaba en el incendio de la Guerra Civil, incluyendo el retablo mayor. El actual imita modelos barrocos, con copias de cuadros famosos del Museo del Prado. La desnudez decorativa resalta la calidad de los detalles (ménsulas, pilastras, cornisas), y el enlucido claro dota al interior de una intensa luminosidad. En una de las capillas, bajo una sencilla lápida, se encuentra la sepultura de Pedro de Ribera, el arquitecto principal del edificio, que vivía en la casa frontera con la iglesia y fue feligrés de la misma toda su vida.

Alonso Cano

(Granada, 1601 - 1667) Escultor, pintor, arquitecto y dibujante español. Su padre, maestro ensamblador, se estableció en 1615 en Sevilla, ciudad en la que se formó Alonso como pintor y escultor en los dos talleres más importantes de la época: el de Pacheco, donde tuvo como compañero a Velázquez, y el de Martínez Montañés.
Permaneció en Sevilla hasta 1638, trabajando fundamentalmente como escultor, faceta en la que logró un gran reconocimiento. Sus esculturas suaves, tranquilas y de expresión un tanto melancólica no reflejan en absoluto el temperamento del artista, hombre impetuoso y violento, encarcelado en varias ocasiones y a quien se llegó a acusar de haber asesinado a su esposa.
 
Realizó retablos y figuras exentas, y sobre todo en estas últimas creó una tipología propia, caracterizada por siluetas esbeltas, ensanchadas en el centro y estrechadas hacia los pies. También consiguió dar un sello propio al tratamiento de los ropajes, en los que predomina la línea curva. Además de las cuatro estatuas de santos para el convento del Santo Ángel de Granada, su obra más valorada y quizá la más representativa de su estilo es la Inmaculada Concepción de la catedral granadina.
 
lA FACHADA DE LA CATEDRAL GRANADINA
 
 

Aunque no son muchas sus obras realizadas y conservadas, la dimensión de Alonso Cano como arquitecto resulta bien conocida gracias a los retablos conservados diseñados por él, y sobre todo por la espléndida colección de dibujos que tenemos de su mano en los que el artista presenta multitud de diseños de arquitectura, de elementos decorativos, retablos, el proyecto de una fuente monumental, etc.

Alonso Cano conoce perfectamente el vocabulario del mundo clásico antiguo (columnas, frontones, arquitrabes, guirnaldas, cartelas, etc.) que utiliza de forma contenida.
En sus obras más maduras observamos una mayor libertad
en las composiciones así como un claro alejamiento del clasicismo, y en ellas predomina la utilización de cartelas, guirnaldas de frutos y hojas, molduras simplificadas, así como una tendencia a reducir e incluso eliminar elementos arquitectónicos esenciales como los propios capiteles y basas de las columnas entre otros, características que dotan a su arquitectura de una gran personalidad, tal como se evidencia en sus obras granadinas y muy especialmente
en la fachada de la Catedral.
Respecto a sus trabajos arquitectónicos sabemos que se encargó de diseñar la arquitectura efímera del arco del triunfo de la Puerta de Guadalajara para celebrar la entrada en Madrid de la reina Mariana de Austria en 1649. De nuevo su labor en la Corte se muestra con multitud de incógnitas, y poco o nada sabemos por ahora sobre sus posibles intervenciones en alguno de los múltiples proyectos constructivos que por entonces se estaban realizando en palacios y jardines pertenecientes a la Casa Real, y muy especialmente en aquellos que afectaban a la gran empresa del Buen Retiro
 

IMAGINERIA

Juan Martínez Montañés

(Alcalá la Real, España, 1568-Sevilla, 1649) Escultor español. Es una figura sobresaliente de la escultura en madera policromada, la técnica escultórica que alcanzó mayor desarrollo en la España de los siglos XVI-XVII. Su nombre y el de Gregorio Fernández suponen los puntos culminantes del realismo barroquizante de este arte peculiar, que respondió al ambiente de piedad y devoción característico de la Contrarreforma. De ambos, el último capitalizó la escuela castellana de la talla en madera, mientras que Martínez Montañés fue la cabeza visible de la escuela andaluza o sevillana.
Llevó a cabo una producción vastísima, religiosa en su totalidad con la única excepción de un busto de Felipe IV (perdido), que debía servir de modelo para la estatua ecuestre encargada al italiano Pietro Tacca. El Cristo de la clemencia y La Inmaculada Concepción de la catedral de Sevilla se cuentan entre sus estatuas más admiradas. Pero su obra maestra es el retablo mayor del monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce, que incluye las magníficas figuras orantes de Alonso Pérez de Guzmán el Bueno y doña María Alonso Coronel.
 

EL CRISTO DE LA CLEMENCIA


Dada la importancia que la imaginería barroca tiene en Andalucía, realizamos en esta ocasión el análisis de una obra que puede considerarse como paradigma de los crucificados de esa época: el Cristo de la Clemencia, de Juan Martínez Montañés.

1) DETERMINAR:

a) TIPO DE OBRA: Escultura.

b) TÍTULO: Cristo de la Clemencia.

c) AUTOR: Juan Martínez Montañés (1568-1649).

d) FECHA: 1603-1606.

e) LOCALIZACIÓN: Catedral de Sevilla, España.

f) ESTILO: Imaginería barroca. Escuela andaluza.

2) ANALIZAR:

A) Análisis técnico:

* FORMA: Obra escultórica que representa a Jesús crucificado. La imagen, que mide 1,90 ms. de altura (sin la cruz), fue policromada por el pintor Francisco Pacheco.

MÉTODO: imagen realizada en madera de cedro, mediante talla y con policromía posterior.

DESCRIPCIÓN GENERAL: La imagen del Cristo de la Clemencia nos muestra, en una clara composición trapezoidal, a Jesús clavado en la cruz mediante cuatro clavos (dos en las manos y dos en los pies), aún vivo y con la cabeza inclinada hacia su hombro derecho. En ella presenta una amplia corona de espinas de traza natural, a modo de casquete. Pese a tratarse de un crucificado, los rasgos dramáticos no están exagerados. Sólo apreciamos rastros de sangre en las heridas de las manos y de los pies, así como en la que se derrama por el rostro y el pecho desde la corona. La carne está policromada en color mate y no se ha producido aún la herida en el costado. De todo ello puede deducirse que el momento de la muerte no resulta inmediato.
 

Gregorio Fernández

(Sarria, España, 1576 - Valladolid, 1636) Escultor español. No está documentado con seguridad su origen gallego ni el período de su formación. Sólo se sabe que a partir de 1605 estaba activo en Valladolid, donde contaba ya con taller propio, lo cual no excluye que trabajase como ayudante en otros talleres antes de esa fecha. Fue uno de los grandes maestros de la escultura religiosa en madera policromada de la llamada escuela castellana de los siglos XVI-XVII. Heredó de Juan de Juni la tradición de las imágenes religiosas cargadas de dramatismo, pero incorporó al lenguaje de su antecesor un mayor naturalismo.
De hecho, Gregorio Fernández evolucionó desde una primera etapa bastante vinculada al período anterior hasta una segunda fase en la que impuso un gran naturalismo, presente no sólo en los gestos y las actitudes, sino también y sobre todo en la policromía; en este campo, exigió a los policromistas que trabajaron para él el abandono del oro y los tonos brillantes tan en boga hasta entonces para iluminar las figuras con colores inspirados en el natural
Creó varios tipos iconográficos (la Inmaculada, Santa Teresa, la Magdalena penitente) que fueron después muy imitados y alcanzó un alto grado de virtuosismo en sus realizaciones tanto en los retablos, de gran sobriedad ornamental, como en las figuras aisladas y los pasos procesionales, que suscitaron en su tiempo un gran fervor popular.
 

Cristo yacente

  • Tipo de objeto:
    Escultura
    Autor:
    Gregorio Fernández
    Fecha:
    1615
    Materia y técnica:
    Madera tallada y policromada
    Dimensiones:
    176 x 71 x 42 cm
    Colección:
    Reinado de Felipe III
    Número de inventario:
    00620746
    Descripción:
    Se trata de una imagen de Cristo de tamaño natural, ligeramente encogida, con la cabeza inclinada hacia el hombro derecho; su pierna izquierda, doblada por la rodilla, se apoya sobre la derecha que está en posición rígida; sus brazos están paralelos al cuerpo sin apoyarse en él, salvo su mano izquierda que descansa sobre el muslo. Muestra unas enormes llagas de la Pasión en manos, pies y costado, policromadas con abundante sangre; en algunos lugares, como en la llaga del costado, lleva incrustadas gotitas de cristal para darle mayor patetismo. Los hombros, rodillas y algunas partes del cuerpo muestran cardenales, con desgarros de piel y heridas sangrantes. En la frente están fuertemente marcadas las heridas producidas por la corona de espinas, y la sangre  que brota  de ellas corre por la cara y cuello. El pelo y barba están tallados en mechones como mojados, que se extienden por el cojín, donde apoya la cabeza como una aureola. Las desnudeces del pubis  y parte de los muslos están cubiertas por un lienzo a modo de fajín. La imagen yace sobre un lecho cubierto con una sábana, cuyos pliegues están tallados con fuerte contraste, con la apariencia de papel arrugado, lo mismo que ocurre con el fajín.

Inmaculada Concepción

Autor: Alonso Cano
Fecha: 1655
Museo: Museo catedralicio de Granada
Características: 49,5 cm. altura
Estilo: Barroco Español
Material: Madera policromada
Copyright: (C) ARTEHISTORIA

Inmaculada Concepción

Comentario
La exquisita finura del arte de Cano se manifiesta en esta Inmaculada que, como la mayoría de las obras realizadas por este maestro, posee una apariencia frágil y delicada, llena de dulzura y belleza. La figura adolescente, casi infantil según la costumbre andaluza, presenta un diseño en forma de huso, empleado habitualmente por Cano en este tipo de trabajos. Realizada para el facistol de la catedral granadina, pronto fue trasladada a la sacristía para favorecer su contemplación.